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¿Hay o no hay Ministra de Cultura en Chile?

Opinión

¿Hay o no hay Ministra de Cultura en Chile?

Tino Canessa

El Ministerio de Cultura, las Artes y el Patrimonio de Chile es una bomba de tiempo. Tanto el estallido social de octubre del año pasado como la pandemia de Covid-19 dejan de manifiesto la inoperancia de la cartera que más allá de los ambiguos y mediocres anuncios de apoyo al sector cultural, queda atrapada en su propia burocracia. Los problemas no son nuevos. Se arrastran desde antes de la creación del ministerio, cuando operaba bajo el nombre de Consejo Nacional de Cultura y de las Artes. En su estructura, un sistema de apoyo basado en la concursabilidad, un aparato burocrático que implica demora e ineficiencia en la entrega y asignación de recursos, ineficiencia en la rendición de fondos y sobretodo, muy poca cercanía con las y los trabajadores de las artes, históricamente excluidos de la toma de decisiones. Burocracia de tomo y lomo enlodando las culturas de nuestro país. Una institución nacida conceptualmente para el fomento de las culturas, las artes y el patrimonio, pero que muchas veces termina generando un daño al sector.

Cuenta Pública 2020, poco ruido y pocas nueces

En la reciente cuenta pública, la actual Ministra, Consuelo Valdés reconoce la precariedad del sector. Sin embargo, luego da gala de los principales hitos del ministerio durante 2019, inflando el pecho al hablar de los avances en materia de digitalización de contenidos culturales y la inauguración de catálogos y recorridos virtuales. Pareciese ser que la ministra, sesgada por lo virtual, se olvida de la realidad que viven miles de trabajadoras y trabajadores de las culturas y las artes que hoy en día no solo enfrentan la precariedad basal del sector sino el desafío extra de enfrentar la actual crisis sin un apoyo apropiado por parte del ministerio. Por que digamos las cosas como son. No es apoyo apropiado para la crisis del sector cultural anunciar que se abren concursos, de presupuestos sumamente limitados para que entre las y los trabajadores de las culturas y las artes se peguen codazos para pelearse por fondos que tampoco resuelven más allá de la contingencia económica de uno o dos meses. La ministra habla de la cultura como un bien de primera necesidad y actúa como si no lo fuese. Su foco, más bien puesto en patrimonio, debiese servirle de guía. Tal vez sea momento de que la ministra renuncie y se inmortalice como parte del patrimonio político de ministros que no han sido capaces de darle impulso a las culturas de nuestro país. Y eso, no solo genera desconfianza sino que la sensación en la industria y escena cultural, que en Chile, no hay Ministra de Cultura.

Discriminación socioeconómica en los Fondos de Cultura

Por eso no es todo. La cuenta pública también hizo alusión a la entrega de fondos para más de 2.300 proyectos por un total de 24.200 millones de pesos. El problema, que por su puesto no es mencionado en la cuenta pública, es que hace años se viene observando una grave situación respecto a la entrega de dichos fondos que no ha sido suficientemente visibilizado de forma pública. Más allá de lo discutible que resulta basar el apoyo cultural en fondos concursables, la burocracia administrativa actual bajo la cual operan estos fondos está provocando una grave discriminación socioeconómica. Sucede que quienes se adjudican fondos de cultura, ya sea de las líneas de Fondart Nacional, Fondo Audiovisual, Fondo de la Música y sobretodo, Circulación Nacional y Ventanilla Abierta (fondos de circulación en Chile y el extranjero) no están recibiendo los montos adjudicados antes de la ejecución de sus proyectos sino cuando estos están en curso o en algunos casos, incluso después de ser completamente ejecutados. Ejemplificando, nos ponemos en el caso de un proyecto musical, que logra hacer gestión de una gira internacional en festivales y salas de concierto en el extranjero y que postula al fondo de Ventanilla Abierta para financiar los pasajes aéreos de su equipo de trabajo. Adjudicado el fondo, los dineros no aparecen y el responsable del proyecto, ya con las fechas de la gira agendadas se ve en la obligación de financiar de su propio bolsillo el gasto de los pasajes para luego ser reembolsado por el Ministerio, en el mejor de los casos, durante el viaje. Pero, ¿Qué pasa si el responsable no pudiese adelantar la compra de pasajes porque sencillamente no tiene el dinero para cubrirle las espaldas el ministerio? La respuesta es bastante sencilla. El proyecto musical debe suspender su gira y el resultado final de apoyo conceptual del ministerio es, más que un fomento a la internacionalización, un daño al proyecto y su plan de internacionalización. En simple palabras, esta situación, vivida por cientos de artistas en los últimos años, produce una discriminación socioeconómica gravísima. O sea, si tienes fondos para adelantar, puedes hacer tu gira. Si no, olvídate de ello y asume las consecuencias de perder credibilidad y los meses de gestión que significa armar una gira internacional. ¿Qué dice la ministra al respecto?. Nada. Nuevamente, la idea toma fuerza. En Chile, no hay Ministra de Cultura.

La solitaria defensa de la Ministra

Si un ministro tiene que defenderse es porque algo está sucediendo y porque en definitiva, tiene los días contados. Recordemos que el anterior ministro, Mauricio Rojas, fue criticado apenas se supo de su nombramiento y por más que tanto él como otras figuras del gabinete salieron en su defensa, su renuncia se materializó apenas 4 días después de asumido el cargo.

Su sucesora, y actual ministra, Consuelo Valdés, ha sido señalada por prácticamente todos los sectores de las culturas, las artes y el patrimonio por ausencia y falta de liderazgo. En declaraciones a La Tercera, Consuelo Valdés hace frente a las críticas recibidas por parte del Gremio del Cine, que al igual que el Gremio de la Música, del Teatro, el Circo y la Unión Nacional de Artistas, acusan abandono por parte de la ministra y el ministerio. En dicha entrevista, con fecha 2 de mayo del presente año señala: “Siempre fui perfil bajo, yo le sirvo a la cultura, pero no me sirvo de la cultura…Creo en mis funcionarios y creo en la capacidad de resurgimiento del sector”. Los problemas que la Ministra no está viendo son varios. El primero es que no se trata de ser de perfil alto o bajo. Ni tampoco que se sirva de la cultura. El problema es que ella no le sirve al sector cultural. Su gestión no ha ayudado al desarrollo de la industria ni a las trabajadoras y trabajadores y tampoco ha sido capaz de articular políticamente un posicionamiento de las necesidades del sector frente al dominio de las carteras de hacienda, economía y desarrollo social. La actual ministra se defiende señalando que confía en los funcionarios del ministerio, sin saber, que dentro del propio ministerio cuenta con más desaprobación que apoyo. Desde el mismo ministerio señalan, ante la ausencia de la ministra: “Aquí, la verdad es que no sabemos si la ministra está tejiendo con palillos o a crochet. La verdad, no sabemos en qué está la ministra”. Esta vez la crítica no viene de fuera sino desde dentro y a esta altura parece ya sumamente claro que en Chile, lamentablemente, no hay Ministra de Cultura.

Escrito por: Tino Canessa
Fotografía: Natalia Espina